Hola, me llamo Eduardo, y te cuento que conmigo nunca te vas a quedar con las ganas de nada. Te propongo darle un fantástico nuevo significado a la palabra "acurrucarse". Tengo ganas de regalarte algo, aunque no sé exactamente cuando es tu cumpleaños. Quiero decirte al oído cosas hermosas y con la brisa de mi aliento acariciando tu oreja, erizarte tierna y juguetonamente. Siempre voy a estar contigo cuando sea que me necesites, no importa en qué circunstancias, siempre. Sos todo para mí. Sin vos me siento como un cachorrito abandonado en la calle una noche de lluvia, como la de hoy. Pero cuando esté contigo, te juro que voy a vivir cada día de mi vida como si fuese el último, disfrutando a pleno cada instante junto a vos. Seguro que contigo, me convertiría en la persona más feliz de todas, más feliz de lo que alguna vez me lo hubiera imaginado, y te prometo que haría todo lo que estuviera a mi alcance para hacerte sentir igual. Si en algún momento la distancia nos separara, te escribiría verdaderas cartas de papel muy a menudo y te contestaría cada una de las tuyas. Declaro hoy, 3 de agosto, que daría mi vida entera por vos. Seas quién seas...


(Nunca viene mal un poquito de melosidad).