No me alcanza con mirarte. Sos digna de algo más que de una efímera mirada. Contemplarte. Sí. Eso es lo que hago. Cuando vas, cuando vienes, cuando no estás y te imagino. Cuando te observo a lo lejos y pienso que por mucho más que me esfuerce, no voy a ser capaz de encontrar un adjetivo que te calce. Deberían inventar un tipo de mujer en base lo que sos y manifestás, por lo menos en mí. Así cada vez que me preguntan que cómo sos, deje de enmudecer por no encontrar las palabras que de ser usadas para hablar de vos, deberían sentirse honradas.
Miro a la lontananza y lo que me sale al pronunciar es: Mi Heina.